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En los últimos años hemos escuchado mucho hablar de “transformación digital”. Para algunos, suena a moda pasajera; para otros, es el motor que está redefiniendo la forma en que trabajamos, nos relacionamos con los clientes y creamos valor en las empresas. 

Lo cierto es que la digitalización en España ya no es una opción: es una condición para competir y crecer.

En este contexto, hemos realizado un estudio exclusivo de las prácticas empresariales para determinar el nivel de madurez digital de las estructuras españolas, así como los obstáculos y puntos de fricción a la hora de acelerar la transformación digital.  

Ahora bien, digitalizarse rápido también tiene su cara B: la seguridad digital. Sin una estrategia sólida de ciberseguridad, todo lo que se gana en eficiencia puede convertirse en vulnerabilidad. 

La digitalización en España: avances y oportunidades reales 

La pandemia fue un punto de inflexión. En cuestión de meses, compañías de todos los tamaños tuvieron que pasar al teletrabajo, digitalizar procesos de firma de contratos o abrir canales de atención online. 
Según el informe de 2022 de McKinsey, España se sitúa en el grupo de cabeza en adopción de servicios digitales (el séptimo país), aunque por debajo de países como Finlandia o Dinamarca. 

Las ventajas de este salto son evidentes: 

  • Más eficiencia gracias a la automatización de tareas repetitivas. 
  • Mayor escalabilidad para llegar a nuevos mercados y clientes. 
  • Mejor experiencia de usuario, con procesos simples y 100 % online. 
  • Un ecosistema tecnológico en el que empiezan a jugar fuerte la IA, el blockchain o incluso las criptomonedas. 

La digitalización ya no es una opción, sino la única forma de supervivencia en la actualidad. Pero no hay que ver la transformación digital como una amenaza sino como un cambio a mejor.

– Óscar Fuentes, Director y fundador de IEBS, en una entrevista para PuroMarketing

El uso de la inteligencia artificial (IA) está en el corazón de las estrategias digitales, con el 59% de las empresas españolas considerando o ya implementando la automatización de ciertas acciones gracias a la IA. Si comparamos esto con otros países europeos, podemos afirmar que las empresas españolas están un poco más adelantadas en la adopción de esta tecnología, ya que el resto de Europa tiene una tasa de uso menor (49%). 

Si quieres datos más detallados y un análisis sectorial, puedes leer nuestro estudio completo: 
👉 La transformación digital en España: impulsando el crecimiento empresarial 

El gran desafío: una seguridad digital a la altura en España

Con la digitalización acelerada, el riesgo ha crecido en la misma proporción. Según un estudio de IBM, el 95 % de las brechas de seguridad tienen su origen en un error humano. Los estudios constatan un auge en los ciberataques en Europa, particularmente en Francia, Reino Unido, Alemania, Portugal e Italia. Es decir, no basta con tener la mejor infraestructura: el factor humano sigue siendo el eslabón más débil. 

En muchas organizaciones, todavía se confía en prácticas obsoletas mientras la autenticación biométrica o multifactor sigue siendo minoritaria. El cambio regular de contraseñas es una práctica común en el 63% de las empresas españolas.

La autentificación de dos factores y las tecnologías biométricas, a pesar de su eficacia probada, aún no están plenamente integradas en los protocolos de seguridad de las empresas españolas. La biometría, el método de autentificación más seguro a día de hoy, solo es utilizada por el 31% de las empresas

Barreras que frenan el cambio 

Cuando se pregunta a los líderes empresariales en España por qué no avanzan más rápido, suelen coincidir en tres frenos principales: 

  • La formación digital insuficiente: muchos equipos no dominan las herramientas. 
  • El miedo a los ciberataques, que hace que algunas compañías retrasen proyectos. 
  • Las limitaciones presupuestarias, que impiden invertir en soluciones avanzadas de seguridad. 
  • Un consultor en transformación digital lo explica de manera clara: 

¿Cómo avanzar hacia una digitalización segura?

Lo que está claro es que la seguridad no puede tratarse como un proyecto aislado. Debe estar integrada en la propia estrategia de transformación. Algunas medidas efectivas son: 

  • Actualizar protocolos de seguridad para proteger datos y accesos. 
  • Formar de manera continua a los equipos, no solo en tecnología, sino en hábitos digitales seguros. 
  • Incorporar herramientas modernas de verificación e identidad digital, como la firma electrónica avanzada y los sistemas de autenticación inteligente. 
  • Definir una visión conjunta entre negocio y seguridad, en lugar de tratarlas como áreas separadas. 

Un CEO del sector fintech comentaba en una entrevista para REDACCIÓN: 

El seguro no es un gasto, es una inversión en la continuidad de tu empresa

Formación y concienciación: los eslabones débiles de la cadena de seguridad 

El déficit de formación de los empleados en materia de seguridad digital es otro punto crítico. Solo el 31% de las empresas forman a su personal más de una vez al año, dejando así a sus equipos vulnerables frente a los nuevos métodos de ataque. Esta falta en la concienciación y educación sobre las mejores prácticas de seguridad digital es un vector de incertidumbre y un riesgo para la integridad de los datos de la empresa y de sus clientes. Por lo tanto, es esencial implementar formaciones trimestrales para discutir las nuevas amenazas y recordar a los colaboradores el protocolo de seguridad.

La presión económica y tecnológica 

El estudio llevado a cabo por el grupo Signaturit subraya que el 67% de las empresas han sufrido recortes presupuestarios que impactan directamente a la transformación digital, aunque 48% ve en las soluciones digitales una ayuda para enfrentar dichas restricciones financieras. Los obstáculos económicos, por lo tanto, ejercen una presión considerable en las decisiones en materia de seguridad informática, a veces en detrimento de la adopción de tecnologías avanzadas y más seguras. Sin embargo, es precisamente en un contexto económico complicado donde la digitalización puede dar sus frutos, ayudando a acelerar los procesos de venta y optimizando las distintas actividades de la estructura. Además, la reticencia a acelerar la transformación digital conduce a procesos más costosos y largos para la empresa, que deberá recuperar su retraso en el mercado rápidamente, sin poder implementar una verdadera estrategia de transformación digital estructurada y preparada de antemano. 

Obstáculos organizacionales y culturales a superar 

Los frenos para la adopción de soluciones de seguridad digital a menudo se deben a una cultura empresarial resistente al cambio, así como a un enfoque jerárquico y descendente de la transformación digital, sin consultar con los empleados. Esta resistencia organizacional se ve exacerbada por la falta de formaciones adaptadas, impidiendo así una toma de conciencia y una apropiación de los desafíos de seguridad por parte de todos los colaboradores. Nuestro estudio constata que los directores de la transformación temen una falta de adhesión y reticencia al cambio (68%), así como consternaciones sobre la seguridad (50%) y la domiciliación de datos (50%) a la hora de acelerar su transformación digital. 

Conclusión 

La transformación digital está acelerando el crecimiento de las empresas en España, pero este progreso exige reforzar la seguridad digital. Solo aquellas organizaciones que combinen innovación y protección estarán preparadas para competir en un entorno cada vez más regulado y conectado. 

En un panorama de crecientes riesgos informáticos, una mejor formación de los empleados, una actualización de los protocolos de seguridad y una adopción más amplia de tecnologías de autentificación avanzadas son imprescindibles.

Digitalizarse y protegerse no son caminos opuestos: son dos caras de la misma moneda. Las organizaciones que entiendan esto serán las que marquen la diferencia en los próximos años.