Tabla de contenidos
La firma autógrafa fue durante mucho tiempo la única opción que teníamos para formalizar por escrito un contrato o cualquier otro tipo de acuerdo.
Sin embargo, siempre ha presentado numerosos inconvenientes que dificultan su uso o que podían llegar a generar ciertos conflictos. En este artículo analizamos los más importantes.
¿Qué es una forma autográfa?
Basándonos en la definición del diccionario, podemos decir que la firma autógrafa es aquella firma que está escrita de mano de su mismo autor. Es decir, se trata de la firma manuscrita realizada por la persona a quien pertenece.
Así, como tal rúbrica manuscrita, se trata de un signo personal e intransferible que, en principio, identifica a la persona firmante.
Ideas generales sobre la firma autógrafa
Como decíamos en la introducción, la firma autógrafa ha sido omnipresente en nuestras vidas desde hace siglos. Y, por supuesto, todavía a día de hoy sigue siendo ampliamente utilizada.
Así ha sucedido en la formalización de contratos de trabajo, compraventa, alquiler o cualquier otro. Pero también para la constitución de empresas, la autorización de informes y declaraciones, para impartir y aceptar órdenes o instrucciones y un larguísimo etcétera.
A lo largo de la historia, ha servido para aprobar leyes y firmar sentencias, y se ha empleado tanto para autorizar acuerdos de paz como declaraciones de guerra. De hecho, figuras como las de los notarios y otros fedatarios públicos descansaban, en buena medida, en la autoridad de una firma manuscrita.
Por tanto, la firma autógrafa ha sido muy útil a lo largo de la historia, facilitando transacciones y otorgando cierta seguridad jurídica.
En este sentido, sus principales características serían las siguientes:
- Se realiza a mano y tiene carácter escrito. Por tanto, suele recogerse en soporte papel.
- Únicamente puede plasmarse por aquella persona a quien pertenece. En consecuencia, será personal e intransferible.
- No obstante, admite cierta variación formal. Así, es prácticamente imposible que dos rúbricas hechas por la misma persona sean exactamente iguales en cuanto a forma y tamaño. Además, suele evolucionar con el tiempo o variar en función del tipo de documento en que se plasme (siendo más detallada o más esquemática).
- Identifica al firmante y expresa su consentimiento con el documento en el que se inserta.
El proceso de comprobación de su veracidad
Como luego veremos, uno de los inconvenientes de la firma autógrafa es la dificultad de comprobar su veracidad.
En este sentido, en caso de duda o conflicto, las tres vías principales que tenemos para determinar la veracidad de una firma autógrafa son las siguientes:
- La vía testifical, es decir, que otras personas que presenciaron el momento de la firma declaren que esta pertenece a la persona en cuestión.
- Como una variante cualificada de la anterior, tenemos la fe pública. Por tanto, la autenticidad de la firma quedaría acreditada por haberse realizado en presencia de un notario u otro fedatario público.
- Finalmente, quedaría la opción de recurrir a un perito calígrafo, especialmente en el marco de un procedimiento judicial.
De este modo, vemos cómo la firma manuscrita no incorpora, en sí misma, ninguna garantía de autenticidad. Por tanto, es susceptible de falsificaciones o alteraciones, como veremos a continuación.
Inconvenientes de la firma autógrafa
Aunque ya hemos apuntado alguno, los principales inconvenientes de la firma autógrafa son los siguientes:
- No proporciona garantía de veracidad.
- Requiere el desplazamiento del firmante o el envío de documentos.
- Necesita soporte papel. Por tanto, puede dañarse o extraviarse.
- Puede alterarse, falsificarse o repudiarse.
- Importantes costes económicos y de tiempo.
- Perjuicios medioambientales.
- Es inadecuada para transacciones online.
Veámoslos con más detenimiento:
❌ 1. No otorga garantía de veracidad
Como ya hemos visto, la firma autógrafa no proporciona, por sí misma, garantía de veracidad. Siempre va a necesitar el complemento de un testigo, fedatario o perito que acredite su autenticidad.
Por tanto, en caso de conflicto, puede conllevar un proceso lento, costoso y problemático.
❌ 2. Desplazamientos y envíos
Al requerir un soporte en formato papel, la firma autógrafa debe:
- Bien realizarse in situ, con el desplazamiento de los firmantes.
- O bien llevarse a cabo con el envío de documentos a todas las personas que deban rubricar.
En cualquiera de los dos casos, requiere un gasto de tiempo y dinero que puede llegar a ser significativo, sobre todo si el volumen de documentos a firmar es considerable.
❌ 3. Problemas del soporte papel en la firma autógrafa
Como es sabido, el soporte papel acarrea sus propios inconvenientes, que se suman a los de la firma manuscrita. De este modo, el papel:
- Puede extraviarse.
- Puede dañarse durante su envío o manipulación.
- Se deteriora con el tiempo. Por tanto, requiere tener en cuenta ciertas condiciones de archivo y conservación.
- Es susceptible a la manipulación, borrado o alteración.
- Ocupa espacio físico.
❌ 4. Alteración, falsificación y repudio
Como acabamos de mencionar, las firmas manuscritas pueden alterarse, borrarse o modificarse después de ser realizadas. Así, no es fácil garantizar su integridad durante todo el proceso.
Por supuesto, es bien conocido el problema de las falsificaciones. Es decir, que una tercera persona trate de hacer pasar como auténtica una firma falsa, no realizada por el supuesto firmante.
Finalmente, también existe la posibilidad de que dicho firmante repudie la validez de la firma. Es decir, que niegue que la firma manuscrita haya sido realizada por él.
En todos estos casos, se producirán conflictos que podrían requerir la intervención de peritos y acabar en la vía judicial.
❌ 5. Costes y tiempos
Sin duda, todos los anteriores inconvenientes de la firma autógrafa acarrean unos ciertos costes en tiempo y dinero que no podemos ignorar. De este modo, sin ánimo de ser exhaustivos, tenemos los siguientes:
- Papel, tinta e instrumentos de impresión.
- Desplazamientos de personas firmantes.
- Envío postal de documentos.
- Procedimientos y lugares de archivo de documentos.
Por supuesto, en caso de conflicto, a esto se sumarían todos los costes del procedimiento judicial, peritos, etc., con los retrasos que conlleva.
❌ 6. Perjuicios medioambientales
Como es lógico, el uso de papel y tinta, los envíos postales y los desplazamientos de personas implican unos costes medioambientales bien conocidos por todos.
❌ 7. La firma autógrafa en las transacciones online
Por supuesto, hoy en día existen transacciones que, simplemente, no permiten el uso de la firma manuscrita. Pensemos en la realización de compras online o en la prestación del consentimiento a ciertos trámites que se realizan exclusivamente dentro del entorno digital.
La mejor alternativa a la firma autógrafa
Sin duda, la mejor alternativa para evitar todos estos inconvenientes de la firma autógrafa sería utilizar alguno de los distintos tipos de firmas electrónicas que existen actualmente.
Así, más allá de la simple firma autógrafa digitalizada, existen formatos de firma electrónica que nos permiten:
- Ahorrar tiempos y costes.
- Identificar fehacientemente a los firmantes.
- Garantizar la autenticidad y veracidad de la firma, evitando su alteración, repudio o falsificación. Por tanto, nos otorga una seguridad jurídica superior a la de la firma autógrafa.
De este modo, ya sea una sencilla firma electrónica en Word, realizada con el ratón, o una firma electrónica avanzada o cualificada, sus ventajas resultan más que evidentes.
Por tanto, la firma electrónica te permite ssuperar los graves inconvenientes de la firma autógrafa, de una forma simple, eficaz y asequible.
Si quieres conocer de primera mano cómo funciona la solución de firma electrónica de Signaturit, no dudes en solicitar una prueba gratuita sin ningún compromiso. Dispondrás de 7 días para comprobar todas sus ventajas por ti mismo/a. ¡Seguro que no te deja indiferente!